El tutor de un grupo de niños no es simplemente un maestro más puesto que él se debe implicar con los alumnos y sus respectivas familias para proporcionar una educación de calidad a todo el alumnado: no sólo la adquisición de conocimientos sino también un buen estado psicológico, social y emocional.
En primer lugar, el tutor debe estar en contacto continuo con las familias para intercambiar información relevante acerca del niño en cuestión. Esto se suele hacer por medio de entrevistas con los padres al principio de cada trimestre y al final de curso. En caso de que fuera necesaria una o varias entrevistas adicionales con padres de un niño específicamente, se convocarían teniendo en cuenta la disponibilidad de los padres y de los docentes. En estas entrevistas es necesario que el tutor se haya marcado unos objetivos antes del comienzo de la tutoría para mantenerse firme con el fin de conseguir la información que se buscaba. Conviene que el tutor realice un pequeño guión que seguir en la tutoría para asegurarse de tratar todos los temas que convenga. Por otra parte, el tutor debe mostrar una actitud comprensiva y tranquilizadora con los padres. También debe mostrarse seguro de sí mismo y con iniciativa para solucionar cualquier problema que se plantee. Los padres, por su parte, deben ser sinceros en las entrevistas con los tutores y aportar toda la información de que dispongan sobre el alumno con el fin de solucionar el problema que existe lo antes posible. Los padres, además, tienen derecho a tratar otros temas aparte siempre que lo consideren oportuno.
En segundo lugar, el tutor tiene que ponerse en contacto con los demás maestros que imparten clase a su grupo para conocer todos los aspectos necesarios en relación con sus niños. Asimismo, si un maestro especialista considera necesario convocar una entrevista con el tutor de cierto grupo, debe ponerse en contacto con él para resolver el conflicto o problema lo antes posible. Esta comunicación es también muy importante para conocer las actitudes de los niños en diferentes ámbitos y con diferentes maestros.
Por último, los tutores deben procurar tener una relación cercana con sus alumnos. Los niños tienen que sentirse cómodos con su tutor para poder transmitirle cualquier problema que se les presente sin reparo. Asimismo, el tutor debe establecer unas normas de convivencia en el aula para que los alumnos se respeten entre sí y, de este modo, evitar los posibles conflictos que pudieran surgir.
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